El representante de ANPE en La Palma, Noé Expósito, ha asegurado en una entrevista en Onda Cero La Palma, que, según los cálculos del sindicato, derivados del seguimiento que se hace de las necesidades de los centros educativos afectados por la emergencia volcánica, «faltan cerca de 300 dispositivos para desarrollar las clases online». Es decir, que unas 300 familias no cuentan con los recursos materiales suficientes para que niños y jóvenes puedan seguir la enseñanza online, ante la imposibilidad de ejercer la actividad lectiva de forma presencial por la calidad del aire en el Valle de Aridane, Tijarafe y Puntagorda.
Expósito subraya que lo que siempre se ha demandado desde el sindicato, es que se debe hacer una previsión para «el peor de los casos , que es que se hagan las clases online». Lo primero que habría que atender sería la formación del profesorado de infantil y primaria para poder adaptar su dinámica de enseñanza al medio online; evitar que haya alumnado que no cuente con medios materiales y de acceso a internet y facilitar una forma de acceder a los materiales educativos, así como de imprimir los contenidos.
El representante de ANPE asegura que tiene constancia de que desde la Consejería de Educación se están haciendo lo posible para, al menos, poner a disposición los recursos materiales lo antes posible.
Sin embargo, estos no son los únicos problemas a los que se enfrenta la no presencialidad de la actividad lectiva. Expósito enumera varios inconvenientes como la diferencia que existe entre los distintos cursos o compaginar las clases online con el trabajo de padres, madres o tutores. Si los menores de Infantil están acompañados por personas mayores, muchas veces no saben cómo acceder a los contenidos o se necesita imprimir los contenidos y no se tienen los medios. En cuanto al alumnado de primaria, puede hacer sus deberes de forma online, pero necesitan la supervisión de un mayor. En la ESO y Bachillerato, los jóvenes son más autónomos, pero necesitan mucha motivación porque no todo el alumnado se conecta a las clases, que se hacen sobre todo a través de correo electrónico, la plataforma EVAGD o por videoconferencias.
Además, la pérdida de viviendas y evacuaciones provocadas por la emergencia volcánica, también dificulta que muchas familias puedan adaptarse a las clases online. Bien por disponibilidad de material o porque en una misma vivienda aumenta el número de estudiantes, que deben hacer uso de los mismos recursos.
Aunque lo ideal serían la presencialidad, «llegar a un equilibrio es muy complejo» asegura Noé Expósito, refiriéndose a combinar las medidas de seguridad ante la emergencia volcánica con las de la Covid-19, que ha sufrido un repunten también en los últimos días. Es por ello que, insiste, se debe hacer lo posible por garantizar los recursos para la actividad online.