Todos los días desde el PEVOLCA nos indican la cantidad de dióxido de azufre que emite la erupción volcánica a la atmósfera, el último de los datos coloca la emisión en 16.000 toneladas. Una información que ligamos especialmente a la variabilidad de la calidad del aire, que tanto preocupa en los últimos días.
Desde el Instituto Volcanológico de Canarias explican dónde reside el interés de medir este parámetro geoquímico, apuntando a que la emisión de SO2 «está estrechamente relacionado con la tasa de emisión de magma en este tipo de sistemas volcánicos. Si se observa una tendencia descendente de este parámetro a lo largo del proceso eruptivo, será una señal inequívoca que la erupción se acerca a su final».
La siguiente gráfica muestra la variación de la emisión de dióxido de azufre durante las dos semanas que se cumplen desde el inicio de la erupción del volcán de Cumbre Vieja.