El alumnado de Bachillerato del Valle de Aridane demanda una EBAU adaptada

Los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato del Valle de Aridane, ante la situación que viven desde el pasado 19 de septiembre, han enviado una carta en la que solicitan a las autoridades competentes la adaptación de la EBAU a los contenidos que han podido recibir, valorando el retraso que ha supuesto en sus estudios la erupción volcánica.

 

Carla Maffioli, alumna de 2º de Bachillerato del Instituto Eusebio Barreto, mostraba su preocupación en los micrófonos de Onda Cero La Palma, ante la incertidumbre que la erupción volcánica plantea en la realización de la EBAU. Tras el regreso a las aulas el pasado 18 de octubre, después de un mes de suspensión, «nos dijeron que estuviéramos tranquilos, porque íbamos a dar todo el contenido». Sin embargo, el problema vino con la sustitución de las clases presenciales por docencia online. «Repasábamos y solo avanzábamos en algunas asignaturas», indicaba. «Durante las clases online los profesores tendían a mandar más tarea» por lo que se reducía el tiempo que se podía dedicar al estudio de unos exámenes, que, además, se van acumulando. Ante esta situación de agobio y estrés, el alumnado ha solicitado poder realizar los exámenes de manera presencial, acudiendo únicamente al centro en el horario de la prueba, aunque haya docencia online. Sin embargo, todavía no han obtenido una respuesta.

Escucha la entrevista completa:

 

Manifiesto del alumnado de 2º de Bachillerato, Valle de Aridane

Esta carta va dirigida a las autoridades competentes en materia de Educación del Gobierno de Canarias, a la Sra. Consejera de Universidades, Educación, Cultura y Deportes, Manuela Armas, a las distintas comisiones de coordinación de la EBAU en Canarias y a las Universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria.

Ante la reiterada suspensión de la actividad lectiva en los centros educativos en la totalidad del Valle de Aridane, aun sabiendo lo complicado que es manejar esta situación para todos, nos vemos obligados, como los principales afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja, a expresar nuestro descontento y preocupación por la situación actual.

El viernes 17 de septiembre de 2021, volvimos a casa tras la primera semana del curso. Lo que no sabíamos es que la vida tal y como la conocíamos cambiaría drásticamente para siempre. Tras la erupción volcánica que tuvo lugar el 19 de septiembre, nos enfrentamos a un mes lleno de incertidumbre. Es comprensible que la educación pasase a un segundo plano durante una catástrofe de semejantes dimensiones, pero necesitamos una respuesta a todas las incógnitas que nos quitan el sueño.

El lunes 18 de octubre se retomó la actividad presencial en el Valle. Por fin se empezaba a ver una luz al final del túnel, pero no. Dos semanas más tarde nos vimos envueltos en la misma situación, esta vez pensamos que sería diferente, pensamos que estaba todo preparado para recibir clases telemáticas. De nuevo nos equivocamos, sumando así otra semana más sin avanzar en contenidos. Además, no solo se trata del tiempo que ya hemos perdido, sino de la constante incertidumbre de no saber hasta cuándo se alargará esta situación y cuánto llegará a influir en nuestro proceso de aprendizaje.

A pesar del esfuerzo de todos para que las clases online sean productivas, sabemos que no son igual de efectivas que las presenciales. Ya que nos podemos distraer con mayor facilidad y perder el ritmo de la clase. Esto contribuye desfavorablemente en el rendimiento académico. No se trata solo de avanzar en contenidos, se trata de afianzarlos. Por otro lado, hay alumnado que no cuenta con los recursos necesarios para impartir clases online, bien sea por problemas de internet o por la carencia de dispositivos, lo que fomenta la desigualdad de condiciones.

En mayor o en menor medida, tanto el alumnado como el profesorado, nos encontramos afectados por las circunstancias. Hemos perdido nuestras casas, nuestras fincas, nuestras fuentes de sustento económico, nuestra infancia, nuestros recuerdos…. y en general, parte de nuestra idiosincrasia. No siendo esto bastante, tenemos que lidiar con el hecho de que muchos alumnos actualmente se encuentran evacuados de sus viviendas y otros tantos están acogiendo a más familias en sus domicilios con todos los problemas que puede suponer. A todo esto se suma la situación de incertidumbre diaria que vivimos ya sea por los terremotos, la ceniza, el ruido constante del volcán y la calidad del aire, muy cambiante con el paso de los días.

No estamos pidiendo ningún favor cuando hablamos de tener en cuenta nuestra situación y ser considerados con ella, pedimos una EBAU adaptada a los contenidos que hemos podido recibir valorando el retraso que nos ha supuesto esta situación con respecto al resto del alumnado de Canarias, pedimos justicia y equidad.

A día de hoy, 10 de noviembre de 2021, nos enfrentaremos a la misma prueba EBAU que el resto de Canarias y compitiendo con el resto de España por una plaza en la carrera a la que aspiramos, habiendo perdido más de un mes de clase y estando expuestos a afrontar próximas suspensiones de la actividad lectiva. Por todo esto, proponemos algunas soluciones como pueden ser las siguientes:

●  Realización de una prueba EBAU diferenciada para el Valle.

●  La vuelta a un modelo adaptado a circunstancias extraordinarias (Pandemia de 2019).

●  Cualquier otra posible solución que contemple nuestra desolación actual.

Somos conscientes de la dificultad que nuestras peticiones presentan, así como sabemos que no son las condiciones idóneas para realizar nuestra Prueba de Acceso a la Universidad. También pensábamos que nunca estaríamos expuestos a la situación actual, pero la vida, muchas veces, no entiende de burocracias, planes o instituciones. La naturaleza se abre camino y a nosotros nos toca crear una nueva realidad a la que tardaremos años en acostumbrarnos. Queremos luchar por nuestro futuro y perseguir cada uno de los planes, sueños e ilusiones que teníamos cuando nada de esto había pasado. No queremos tener una EBAU más fácil, de no ser por nuestro estado, nunca nos hubiéramos dirigido a ustedes. Si pudiéramos cambiar nuestra realidad estaríamos yendo a clase de manera cotidiana, pero como las circunstancias se superponen, nos vemos en la obligación de lanzar este manifiesto.

Por último, trasladamos a la Consejería de Educación el compromiso de que las palabras de esta carta no van a caer en el olvido y por ello nos ofrecemos desde ya, para trabajar en lo que pueda ser necesario para encontrar una solución justa y que se adapte a la catástrofe sin precedentes que estamos viviendo lo antes posible. De la misma manera pedimos que el mismo compromiso que hacemos los alumnos, lo asuman nuestras autoridades para alcanzar una solución justa y equitativa a toda la ardua labor que tenemos por delante.

Att: Alumnado de 2° de Bachillerato del Valle de Aridane, «los del volcán».