La ceniza volcánica, a priori – y siempre teniendo en cuenta los niveles de acumulación- no supone un problema para el cultivo del plátano, más allá de la afección estética que produce en la fruta. Incluso, en la zona costera del Valle de Aridane, la ceniza, que no supera los 15 centímetros de altura, ha podido ayudar a mantener la humedad en aquellos cultivos en los que no ha sido posible regar durante días. Estos son los primeros resultados del estudio que el Cabildo de La Palma y el CSIC comenzaron a realizar en La Palma, diez días después de que erupcionara el volcán.
Kike Huertas, técnico de Agricultura de la institución insular palmera cuenta para los micrófonos de Onda Cero La Palma que, tras numerosas visitas a la zona de plataneras, para recoger muestras de ceniza, así como del suelo, de la hoja y de la fruta, se ha podido constatar que la incidencia de la ceniza no es negativa para los cultivos -siempre dependiendo de la cantidad acumulada-, pero tampoco positiva. Aunque no hay riesgo de que la fruta pueda contener algún contaminante -por lo tanto se puede vender y comercializar-, tampoco se puede considerar un fertilizante porque tampoco tiene nutrientes.
«Para hablar de beneficios reales de la ceniza se necesita tiempo, ya que una vez comiencen a actuar los microorganismos y las propias raíces de las plantas, será cuando se vayan incorporando los nutrientes al suelo, pero hablamos de un proceso a largo plazo”, señala Kike Huertas.
No obstante, también hay que tener en cuenta aquellos cultivos que se encuentran en zonas próximas a la erupción, como viñedos o aguacateros, donde la ceniza puede alcanzar una altura de más de 40 centímetros. “En este tipo de cultivos sí existirían problemas”, señala Huertas, “porque se podría producir desequilibrios en la estructura del suelo”, lo que, a diferencia de las plataneras, «si llevaría a plantear la retirada de la ceniza para poder recuperarlos”.
El estudio de la incidencia de la ceniza se ampliará
La ceniza y su afección en los cultivos se seguirá estudiando, sumándose también el Gobierno de Canarias a estos trabajos, que pretenden ser más profundos y alcanzar conclusiones definitivas que puedan ayudar a buscar posibles alternativas y beneficios.
Además, este no será el único estudio que se realice. “Hace tan solo unos días se enviaron 500 kilos de cenizas para que la Universidad de La La Laguna inicie una investigación sobre cómo podría influir la cantidad de ceniza que hay en el suelo en la platanera”, comentó Huertas.
Posibles usos de la ceniza
Huertas recuerda que en islas como Lanzarote se han depositado capas de ceniza sobre terrenos áridos. En zonas donde las lluvias son escasas, la ceniza puede mantener la tierra húmeda. “Esto es lo que ha ocurrido en las plataneras de La Palma, se ha creado un enarenado natural y es bastante probable que haya podido subsistir con una cantidad de agua muy baja”. Huertas concluye que “si se planteara recuperar zonas cultivable, se necesitaría una gran cantidad de tierra, por lo que sería relevante estudiar la posibilidad de mezclar la ceniza con tierra vegetal natural y en qué proporciones”.
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