El radical cambio que ha sufrido el paisaje de la Isla Bonita en 6 semanas, no deja de sorprender aunque ya sea cotidiano ver y recibir cientos de imágenes todos los días.
Lo que antes era prácticamente un verde solo interrumpido por el color de las casas y montañas, ahora se ha transformado en un malpaís que ha eclipsado el 8% de la Isla y en un manto de cenizas que va incluso más allá del Valle de Aridane.
Más de 975 hectáreas y 2.574 edificaciones sepultadas por la lava, a las que se suma otro tanto de kilómetros y construcciones cubiertos por la ceniza, tanto en los municipios directamente afectados como en el resto de la Isla.
Imágenes como las que acompañan esta entrada son las que nos está dejando el volcán de Cumbre Vieja: La Palma bajo un manto de magma y cenizas y en la espera impaciente de que comience «el principio del fin», para que barrer cenizas empiece a tener un poco más de sentido y empecemos a divisar la anhelada reconstrucción.