La lava llega al Pampillo, produciendo pequeñas nubes tóxicas, ya controladas por el PEVOLCA

La lava se encuentra actualmente a la altura del Camino El Pampillo, entre los municipios de Los Llanos y Tazacorte. Su avance por las fincas de plataneras ha producido la quema de invernaderos y fertilizantes, originándose, en torno a las 13:00 horas de este martes, pequeñas nubes con elementos tóxicos, que han sido monitorizadas por el PEVOLCA. Al encontrarse evacuada la zona por la que pasa la lava y varios barrios confinados, no existe ningún tipo de peligro para la población, así lo ha confirmado Miguel Ángel Morcuende, director técnico de PEVOLCA. Una vez más, se ha reiterado que la calidad del aire es buena.

La colada sigue su camino hacia el mar, sin embargo, los expertos no pueden concretar el momento exacto en el que entrará en contacto con el agua. Eso sí, hablamos de una nueva colada, que se ha ido ensanchando a lo largo de la noche y que contiene lava mucho más fluida, fruto de la reactivación en la tarde de ayer de la erupción volcánica, que aunque sigue siendo fisural y estromboliana, en las últimas horas ha mantenido un comportamiento mucho más efusivo, propio de las erupciones hawaianas, ha señalado María José Blanco, directora de IGN.

El geólogo del INVOLCAN, David Calvo, también ha explicado cómo la composición de las lavas ha experimentado una transición, siendo «mucho más fluida que en los primeros días de erupción», por lo que hay «un cambio químico y lo estamos viendo». El hecho de que la lava sea más fluida y salga en mayor cantidad, hace pensar que «se va a producir una aceleración en el momento que llegue al frente de la colada». Hasta ahora, el resto de lenguas ha rellenado barrancos, ha igualado valles y ha superado depresiones, dejando «un camino bastante libre para que pueda llegar con velocidad al frente de la colada». A partir de ahí, en función de la ruta que tome, quedan terrenos de plataneras, explotaciones agrícolas, atacando al corazón económico de La Palma y de allí al mar.

No obstante, señala Calvo, «la presencia de actividad tan enorme en esta segunda boca es totalmente normal».