Surge Pitapalma, la primera Asociación de Productores de Pitaya en La Palma

Un grupo de agricultores palmeros han estado en los últimos meses investigando, analizando, debatiendo, y, en definitiva, buscando cómo dar salida a nuevas explotaciones agrícolas.

Finalmente, todas esas pruebas y charlas dieron sus frutos (nunca mejor dicho) y decidieron producir un cultivo, que, a pesar de ser conocido en la isla desde hace muchísimos años, no existe una producción como tal, y que hasta el momento únicamente se había destinado para decoración o autoconsumo. La fruta de la que estamos hablando es la Pitaya o Fruta del dragón.

A raíz de esta decisión, en las últimas semanas se ha fundado la Asociación de Productores de Pitaya de la Palma, o Pitapalma. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo no es otro que el de fomentar el cultivo de esta fruta en isla.

La pitaya o fruta del dragón son los nombres de una fruta proveniente de la familia cácteas, y que procede de América. La pitaya resiste muy bien a las sequias, y se adapta tanto a zonas bajas como a medianías. Además, es una fruta que no precisa demasiado trabajo de mantenimiento. Todo este cóctel lo convierte en un cultivo perfecto para su producción, y posterior “explotación” en el mercado.

El presidente de la asociación, José Esteban Lorenzo Pérez, manifiesta que la idea de la asociación es “reunir a todos los agricultores de esta fruta para tener más fuerza y volumen, frente a los productores de mayor relevancia que se encuentran en Canarias”. Para ello, tendrán que trabajar “duro” los 25 productores de esta fruta que existen actualmente en La Palma.

Lorenzo destaca, que, entre los objetivos a corto plazo dentro de la asociación, se encuentra el asesoramiento del cultivo y la formación, además de la comercialización de esta fruta tanto dentro como fuera de la isla. “Para 2019 tenemos cerrada la venta de la producción de toda la pitaya que se produzca en La Palma”.

Hoy en día, el mercado favorece este cultivo, debido a que en la actualidad existe más demanda que oferta. Además, como se ha dicho anteriormente, los escasos cuidados y gastos que supone, lo hace una opción más que rentable.

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