Carmen López, directora del Observatorio Geofísico Central del Instituto Geográfico Nacional, lo ha vuelto a dejar claro en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Director, al hablar de «la estabilidad dentro de la variabilidad» que presenta ahora mismo la erupción volcánica. Pese a que se produce una cierta estabilidad en los parámetros, no se puede hablar, todavía, de un final próximo.
Así, los últimos datos proporcionados por el PEVOLCA hablan de niveles altos de PM10, aunque mejores que en el día de ayer, que llevan a pasar de unas condiciones extremadamente desfavorables a desfavorable, manteniéndose, por tato, el aviso de medidas preventivas. Aún así, la emisión de dióxido de azufre continúa su tendencia descendente, lo que hace que la calidad del aire, actualmente, sea buena en toda la isla. La sismicidad también continúa con «cierta estabilidad», pero se sigue pendiente de que se pudieran materializar magnitudes superiores a 5.
Los aportes de lava a las coladas, por su parte, no afectan a nuevos terrenos, ya que todo el material se está depositando encima del campo de lava preexistente. No obstante, la destrucción causada hasta ahora se puede ver en los datos facilitados por Copernicus, que cifra las construcciones afectadas en 2714, de ellas 2581 se encuentran totalmente destruidas. Los kilómetros de carretera dañados por el avance de las cosas se sitúa ya en 63 kilómetros.